LÚA VERMELLA

De:
Lois Patiño
(2020)

con:
Ana Marra, Carmen Martínez, Pilar Rodlos y Rubio de Camelle.

Porque  es mágica, hipnótica e inquietante.

Porque impacta e intriga.

Porque es pura poesía visual.

Por la potencia de sus imágenes.

Por la brutalidad de sus sonidos.

Porque es una historia de fantasmas diferente.

Porque es un ejercicio de estilo interesantísimo.

Por esa mirada tan especial de Lois Patiño.

Porque consigue crear una atmósfera fascinante.

Por cómo recoge toda la simbología, las tradiciones y la cultura gallega para hacer su propia lectura en clave de cine fantástico.

Por ese ritmo pausado.

Por las personas que transitan por la película.

Por sus pensamientos y reflexiones.

Por los fantasmas.

Por la presa.

Por el agua, tan necesaria y terrorífica a la vez.

Por el paso del tiempo.

Por la vida y la muerte.

Por la pérdida, las heridas y el miedo.

Por las meigas.

Por el mar y las criaturas que habitan en sus profundidades.

Por las rocas que se forman en un día o tal vez llevan miles de años entre nosotros.

Porque «el cielo de noche es un mar negro y las estrellas peces brillantes«.

Por la luna roja.

Por todo eso y más.

EL ARTE DE VOLVER

De:
Pedro Collantes
(2020)

con:
Macarena García, Nacho Sánchez, Ingrid García-Jonsson, Celso Bugallo, Luka Peros y Mireia Oriol.

Porque es una de las películas que más ganas tenía de ver este año.

Porque es sencilla, emocionante y llena de sensibilidad.

Por lo que cuenta y cómo lo cuenta.

Porque habla de familia, recuerdos, sentimientos, amistad, amor, desamor, sexo.

Porque es muy difícil no sentirse identificado con Noemí y su vuelta a «casa».

Porque es la ópera prima de Pedro Collantes.

Porque su mimo con la historia y los personajes atraviesa la pantalla.

Porque siempre es una alegría ver a cortometrajistas de largo recorrido dar el salto al largometraje.

Porque ha sido el primer español seleccionado en la Biennale College del Festival de Venecia.

Por el guión, a cuatro manos con Daniel Remón.

Por esos diálogos tan ricos y que tanto revelan.

Por cómo navega de forma sutil entre la comedia y drama.

Por su ritmo pausado y reflexivo.

Porque recuerda al cine de Rohmer y Jonás Trueba.

Porque Macarena García brilla más que nunca.

Porque su interpretación está llena de matices.

Por todo lo que cuenta con  los silencios, las miradas y esos pequeños gestos llenos de magia.

Porque lo que hace Luka Peros en pocos minutos es de otro nivel.

Por un impecable Celso Bugallo.

Por una genial Ingrid Garcia Jonsson

Porque ver actuar a Nacho Sánchez siempre vale la pena.

Por descubrir a Mireia Oriol.

Por la dirección de fotografía y la belleza de sus imágenes.

Porque te transporta a esos paseos de otoño por la ciudad.

Por esa indescriptible exposición de Ana.

Por el precioso cartel.

Por ese inolvidable plano final.

Porque «es más duro sentir nostalgia por las cosas que uno no se ha atrevido a hacer».

Porque, en el fondo, todos buscamos nuestro lugar en el mundo.

Por los aprendizajes, las decepciones y las decisiones.

Por el pasado y el futuro, pero sobretodo el presente que es a fin de cuentas lo único que tenemos. 

Por el arte de volver.

Por todo eso y más.

 

 

 

COSES A FER ABANS DE MORIR

De:
Cristina Fernández Pintado y Miguel Llorens
(2020)

con:
Sergio Caballero, Oriol Tarrasón, Manuel Maestro, Ángel Fígols, Mireia Pérez, Vanessa Cano y Cristina Fernández.

Porque es un precioso canto a la vida y la amistad.

Porque emociona y conmueve.

Porque consigue que rías y llores a la vez.

Porque es como un puñetazo en el estómago.

Porque es cercana, sincera y real.

Por cómo habla de la muerte, la culpa, el dolor y la familia (la de sangre y la que construimos).

Porque a veces el cine pequeño es el más grande. 

Porque tiene imágenes bellísimas.

Por lo que cuenta y cómo lo cuenta.

Porque el guión está lleno de buenas ideas.

Por cómo entrelaza el presente y los recuerdos.

Porque tiene algunos diálogos potentísimos.

Por las mujeres como Cristina Fernández, valientes y creadoras.

Porque hay que aplaudir su tesón y el trabajo durante años para sacar adelante este proyecto en el que escribe, dirige y actúa.

Por ese reparto brillante.

Porque su química atraviesa la pantalla.

Porque consiguen que te sientas parte de ese grupo de amigos.

Por Sergio Caballero, que pone los pelos de punta. 

Por la verdad que aporta Vanessa Cano a ese personaje lleno de recovecos.

Porque es imposible que no se te parta el corazón cuando se rompe Manuel Maestro.

Por la divertidísima carrera nocturna por Valencia.

Por la inolvidable secuencia de la boda. 

Por los amigos de siempre y para siempre.

Por tomar decisiones.

Por el mar.

Porque si te queda vida, te queda todo.

Porque nunca es tarde para hacer lo que uno quiere.

Porque todos tenemos cosas que hacer antes de morir.

Por todo eso y más.

LA VOZ HUMANA (The human voice)

De:
Pedro Almodóvar
(2020)

Con:
Tilda Swinton

Porque es una obra de arte incontestable.

Porque no consigo quitármela de la cabeza.

Porque condensa todo lo bueno del cine de Almodóvar en 30 minutos.

Porque es hipnótica, elegante, estética, emocionante, única.

Porque habría pasado dos horas más viéndola.

Porque adapta el texto de Jean Cocteau y le aporta una mirada actualizada.

Por cómo reflexiona sobre la pasión, el amor, el dolor, el deseo, la angustia, la soledad, la vida. 

Porque lo que hace Tilda Swinton es brutal.

Porque no podía imaginar una actriz más acertada para ser la primera chica Almodóvar en inglés. 

Porque verla pasear por ese apartamento mientras recita el texto es pura magia.

Porque hay palabras, gestos y miradas que se clavan como puñales.

Por la potencia de sus imágenes.

Porque es una joya visual repleta de pequeños detalles fascinantes.

Porque importa cada libro, dvd, cuadro, escultura, objeto.

Porque todos están ahí por algo y ayudan a comprender lo que está ocurriendo aportando un toque irónico.

Por cómo juega con el punto de vista y se atreve a romper el marco ficcional con los «exteriores» del apartamento.

Por la exquisita fotografía de José Luís Alcaine. 

Por la genial banda sonora de Alberto Iglesias.

Por el impecable diseño de vestuario y todos esos outfits que dejan con la boca abierta.

Por ese hacha, ya icónica.

Por el maravilloso perro.

Por el impactante cartel y créditos de Juan Gatti.

Por la magia de todo ese abanico de tonos rojos, verdes, azules, amarillos.

Por las llamadas que llegan justo a tiempo.

Por las que no llegan.

Por las despedidas.

Por coger las riendas.

Por los nuevos comienzos.

Porque hay que ser muy genio y muy valiente para estrenar un cortometraje en salas con la que está cayendo.

Por todo eso y mas.

VERANO DEL 85 (Eté 85)

Verano del 85

De:
François Ozon
(2020)

con:
Félix Lefebvre, Benjamin Voisin, Valeria Bruni-Tedeschi, Phillipine Velge, Melvil Poupaud e Isabelle Nanty.

Porque me ha atrapado de principio a fin.

Porque emociona con pequeños gestos y miradas.

Porque es un viaje al verano del primer amor.

Por lo bien que retrata el despertar sexual de un adolescente LGTB.

Porque el cine de François Ozon tiene magia y una mirada única.

Porque es capaz de hacer sentir un millón de cosas.

Porque tiene momentos muy especiales e inolvidables.

Porque se me pusieron los pelos de punta con la secuencia de la montaña rusa.

Por el baile en la discoteca.

Por ese erotismo que impregna todo el comienzo.

Por ese guión impecable.

Por lo mucho que la historia te envuelve.

Por cómo reflexiona sobre el amor, la muerte, la amistad, la pasión, los celos, la pérdida, la lealtad… los aprendizajes de la vida, en definitiva.

Por cómo mezcla estilos, puntos de vista y consigue que el espectador se sienta parte del juego.

Por descubrir a Félix Lefebvre.

Porque es muy difícil lo que hace y cómo es capaz de transformar una emoción en otra en apenas un segundo.

Porque es imposible no enamorarse de su Alexis.

Por ese atractivo tan extraño de Benjamin Voisin.

Porque siempre es genial ver en acción a Valeria Bruni, Isabelle Nanty y Melvil Poupaud.

Por el divertido y necesario personaje de Phillipine Velge.

Por el impecable diseño de producción y esa estética que te transporta a los años 80.

Por la dirección de fotografía y esa textura de la imagen.

Por la banda sonora.

Por inventar más de mil formas de morir cuando las cosas se ponen feas.

Por los veleros y las playas de cantos rodados.

Por volar en una moto hasta alcanzar la velocidad de la luz.

Por la libertad de amar a quien quieras.

Por escribir para sacar los fantasmas fuera.

Porque ya nunca podré escuchar el ‘Sailing’ de Rod Stewart y no pensar en Alex y David.

Por todo eso y más.